En este tipo de conductos de fibra desnuda se realizará la limpieza introduciendo un robot provisto de unos cepillos de cerda muy ligera para evitar dañar los paneles de fibra o, alternativamente, un sistema de inyección de aire a presión dotado de unos latiguillos flexibles a través de los cuales se insufla aire procedente de un compresor con una presión de salida de 8 bar. Los chorros de aire comprimido van desprendiendo y arrastrando la suciedad incrustada en la fibra mediante mientras que el movimiento vibratorio de los latiguillos les hace golpear contra los paneles potenciando la acción de desprendimiento de la suciedad.

Dicho robot, posee un punto de luz halógena y una cámara de vídeo que permite controlar desde el exterior el trabajo que se está realizando. En caso de que fuese imposible la introducción del robot dentro de dichos conductos, se utilizarían otras técnicas alternativas como la de barrido con chorro de aire a alta presión por medio de unas lanzas manejadas manualmente o la aplicación de cepillos movidos por un motor eléctrico situado en el exterior de los conductos.

Los residuos obtenidos se extraerán por medio de un aspirador de alta potencia. Dicho aspirador cuenta con un conjunto de filtros de capacidad de retención creciente que termina en un filtro absoluto HEPA. Este filtro es capaz de retener hasta 99,995% de las partículas en suspensión con tamaño superior a 0,3 milésimas de milímetro lo que permite que el aire que se devuelve al espacio habitado tenga la misma calidad que se exige en un quirófano.

Tecnicai considera que la limpieza de conductos fabricados con fibra de vidrio carente de recubrimiento interno debe completarse con el sellado ya que se obtiene un acabado carente de poros lo que reduce la capacidad de acumulación de suciedad en el entramado de fibra compactada que configura la estructura de los paneles con los que se construyen los conductos.

Por otra parte la suciedad que ya se encuentra alojada en el espesor de estos paneles queda encapsulada y fuera de contacto con el aire que fluye en los conductos. Se evita así la posibilidad de contaminaciones por microorganismos (hongos y bacterias) que se desarrollan a expensas de la base nutriente que supone la suciedad.

En consecuencia y para finalizar la limpieza, se realizará el sellado interior de los conductos utilizando para ello el mismo robot dotado de una lanza-spray que va nebulizando un producto ignífugo con base acuosa que cubre la cara interna del conducto. Se asegura así que quede encapsulada la suciedad y los contaminantes que hayan podido quedar incrustados en la fibra de vidrio después de la limpieza.

Independientemente de esta finalidad de prevención higiénica consideramos necesario fijar la fibra de vidrio, con la aplicación del revestimiento sellador, para evitar su desprendimiento y el deterioro estructural que ello supone, así como la acción irritativa que tiene la fibra de vidrio cuando entra en contacto con la piel o las mucosas.

La fibra así tratada conserva íntegramente su capacidad de aislamiento acústico y térmico y mejora estructuralmente de tal manera que queda en las mismas condiciones que la fibra revestida con recubrimiento de aluminio. (Climaver Plus)